Italia – Día 10 (Roma – San Pedro y Museos Vaticanos)

Decidimos madrugar para llegar pronto a la Basílica de San Pedro, así que tras espabilarnos y desayunar, emprendemos nuestro camino al bus, de ahí al metro y otra vez recorrer casi toda la línea A, los autobuses de barrio son viejos e incómodos (no como los que van por el centro), se ve que como en España hay barrios y barrios.

Llegamos a la Plaza de San Pedro, es inmensa y la vemos llena de gente. Como empieza a ser nuestra rutina preguntamos donde es la cola para entrar (la entrada es gratis, pero hay que pasar por un arco de seguridad y comprobar que vas adecuadamente vestido), por fin vemos que hay una cola que hace una S gigantesca a lo largo de toda la plaza. Nos desmotivamos, es impresionante, nunca vamos a entrar con semejante cola. Aun así, es lo que teníamos pensado hacer por la mañana, así que le damos una oportunidad, viendo la cola, calculo que estaremos unos 90 min esperando.

En la cola, estamos entretenidos oyendo las conversaciones de las personas que tenemos delante y atrás, gente verdaderamente devota y que no lo importa estar horas con tal de entrar en la Meca del catolicismo. Nosotros no estamos tan motivados, pero ver Baldaquino de Bernini o la Piedad de Miguel Ángel creemos que merece la pena.

La cola va más rápido de lo que se pensaba, cuando estamos a punto de entrar, a penas han pasado 45min. de pronto se oye un tumulto, la gente de la cola por detrás nuestra está a punto de linchar a un tipo que se quería colar, él dice que estaba en la cola antes y que podía pasar, pero la gente se lo impide. Por fin viene el guarda de seguridad y echa a dicho individuo frente a la alegría y algarabía de los asistentes que terminan aplaudiendo.

Por fin entramos, lo primero según pasamos la puerta es ver que la Piedad de Miguel Ángel y el Baldaquino están tapados y no se pueden ver ¡Bien!

Tenemos una audio guía y vamos paseando por la basílica escuchando todo aquello que nos parece de interés. El edificio impone, es todo gigantesco, me fijo por ejemplo en un pequeño detalle de uno de los altares en el que hay un querubín, ese querubín pequeñito y regordete realmente es más grande que yo, así que al menos debe tener dos metros de alto. Las proporciones son indescriptibles.

Tampoco nos dejan acceder al crucero de la basílica por lo que hay cosas interesantes que tampoco poder acceder a ver. Así que, bueno, nos sentamos en una de las capillas y descansamos un ratito. Terminamos de dar vueltas, estamos apabullados por tanta religiosidad. Llevamos ya horas recorriendo la basílica. Y nos planteamos el futuro (a las 16:00 tenemos reservado para entrar en los Museos Vaticanos), así que o nos quedamos comiendo por ahí o nos vamos a la casa y luego volvemos hasta los museos. Valoramos que lo mejor es ir a la casa comer, tranquilamente y luego volver. Así lo hacemos.

A las 16:00 llegamos de nuevo al Vaticano. Nos acercamos y vemos que no tenemos la entrada, preguntamos, volvemos a preguntar, por fin Vir ve que tenía un mail para activar la reserva y que lo había hecho. Lo hacemos, ya tenemos la entrada, preguntamos para entrar, nos informan que tenemos que hacer la cola ¡Sin comentarios! la cola es kilométrica otra vez más. A Vir le da bajón, está a punto de abandonar. Nos reponemos a las vicisitudes y parece que una vez dan las 16:05 la cola se activa y va bastante deprisa, esta vez solo tardamos unos 30min en acceder.

Entramos y nos dirigimos como borregos en masa por los pasillos. En general no hay mucha escapatoria y hay hordas de gente dirigiéndoselo en la misma dirección. Esto es lo más parecido al IKEA (o viceversa) en el que pasillos interminables van en una sola dirección, así sin opciones de volver atrás. Empezamos por museos etruscos y egipcios y vamos pasando pasillo a pasillo, parece que hay gente que tiene prisa por llegar a la Capilla Sixtina, otros vamos con algo más de calma.

Para resumir, nos gusta mucho el Laaconte y sus hijos, por su puesto la Capilla Sixtina y los murales de Rafael que incluye la famosa Escuela de Atenas, la sala de los mapas es bastante curiosa, además dedicamos bastante rato al museo de arte moderno, algo que las hordas ignoraron después de visitar la capilla sitian y que quizás estén al nivel del Thyssen, pero que entre tanta obra de arte y tantas cosas pasan realmente desapercibidas. No se que hacemos, no hay escapatoria y aún así, no conseguimos encontrar la pinacoteca y nos la perdemos. Pero llevamos ya cuatro horas de museos y estamos un poco agotados, así que después de dar vueltas y más vueltas para encontrarlo decidimos desistir.

Laaconte y sus hijos

Lo peor la experiencia en la Capilla Sixitina en la que nos dirigen como auténticos borregos al centro, nos tienen allí apiñados, nos regañan cuando hablamos, no me dejan hacer fotos y nos insisten en que circulemos. Cuatro horas de pasillos y museos vaticanos para que luego no me dejen ni estar ni hablar. Mi cabreo es bastante mayúsculo.

Diogenes en La escuela de Atenea

Bueno bastante cansado y algo decepcionado por haberme perdido la pinacoteca y habernos regañado en la capilla Sixtina, decidimos volver al apartamento llevamos un tute importante, así que al día siguiente nos lo tomaremos con calma, nos dedicaremos a la intendencia y a descansar sin plantearnos nada especial.

Escalera helicoidal

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