Un diputado del Partido Comunista, abiertamente bisexual, aunque está casado, busca los placeres de jovencitos que se prostituyen para buscarse la vida.
Antes de adentrarse en el universo quinqui con sus dos siguientes películas Miedo a salir de noche y Navajeros ambas de 1980, De la Iglesia se va adentrado poco a poco a un universo interpretado por jovencitos, en los qu, la homosexualidad y la marginalidad de los jóvenes quedan evidenciados como en esta película —o en la anterior, Los placeres ocultos (1977)–, con el añadido de la crítica social y política que también será evidente en el resto de la filmografía De la Iglesia.