Skaftafell

Viaje a Islandia – Día 4 (Reynisfjara y Dyrholaey)

Tras levantarnos tranquilamente, desayunar y ducharnos decidimos atrasar un poco nuestro recorrido para ver la alucinante playa de Playa Reynisfjara en la que nos encontramos con unas hermosas formaciones basálticas en forma de columnas.

Playa Reynisfjara

El basalto es una roca volcánica que se forma a partir del magma hirviendo que emerge como lava durante una erupción. La lava, rica en hierro y en magnesio, se enfría y contrae muy rápido una vez que entra en contacto con el aire de la superficie, se endurece y solidifica.

Playa Reynisfjara (con Ander al fondo).

Como no, uno de los sitios más visitados, no solo por lo espectacular de la arena negra, sus columnas y las formaciones rocosas que forman pequeños islotes, sino porque allí se rodó alguna escena de Juego de tronos.

Una vez dado un pequeño paseo por la playa, vamos a los acantilados que el día anterior no pudimos ver, un par de parkings nos dan acceso a sendos miradores desde los que vemos playas de arena negra, bonitas formaciones rocosas producidas por la lava y frailecillos y otras aves anidadas en dichos acantilados.

Ander posando facherito en uno de los miradores del acantilado.

Aunque de un mirador a otro se puede ir andando vamos en coche, una vez en el de arriba, Somo decide bajar corriendo de nuevo al anterior, así que Ander y yo pillamos el coche y le esperamos abajo. 

Acantilados Dyrholaey

Una vez allí emprendemos el viaje a Skaftafell, haciendo alguna parada para contemplar el bello paisaje de mar de lava que nos acompaña durante gran parte del trayecto.

Una vez allí, y registrarnos de forma un tanto fraudulenta el el camping. Decimos que solo llevamos dos tiendas y que por tanto solo somos dos, en lugar de tres, este hecho ocasiona un poco de estrés a Ander, que no se siente muy cómodo con la mentirijilla… Montamos las tiendas y decidimos caminar por la tarde para asomarnos a la lengua del glaciar, un paseito que me temo a Ander se le hace un poco duro. Por fin, llegamos a la lengua del glaciar, un paisaje espectacular. Somo «el intrépido» y yo decidimos investigar si podemos adentrarnos un poco por el glaciar , vemos un camino por el lateral decidimos seguirlo. Ander mientras se da la vuelta y va volviendo a su ritmo al camping.

Somo observando el glaciar

Tras investigar el camino, que no nos lleva mucho más lejos, vemos una ruta circular que nos debía de llevar al camping, pero es fake, nos volvía a llevar al mismo lugar. Echada la tarde completa, decidimos volver al camping tomar unos chupitos de orujo, cenar algo y madrugar para el día siguiente hacer una ruta algo exigente, pero que parece realmente prometedora, de unas cinco horitas, que asciende hasta una cumbre donde la vista del glaciar debe ser espectacular.

Skaftafell
Skaftafell

Ander se queda esa noche lavando ropa, así que aunque Somo y yo no lo necesitamos tanto, le damos un par de cosas para añadir a su colada.

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