Selfoss

Viaje a Islandia – Día 7 (Más cascadas y Husavik)

Tras ducharnos, recoger y organizar el desayuno en la zona común, aprovecho que hay cocina y me hago tostadas, cacao, café… Ander y Somo como es habitual en ellos, se van a los huevos, beicon o cosas así, Somo es de los de la teoría de que el desayuno es la comida más importante del día.

Recogemos y hacemos algo de compra en el pueblo y aprovechamos para echar gasolina. De vez en cuando nos acordamos de Juan Luis, un amigo de Marcos que iba a hacer el viaje con nosotros y al final se rajó, pensamos en qué estará haciendo Juan Luis en esos momentos o que hubiera hecho Juan Luis en alguna circunstancia del viaje, vamos creando distintas hipótesis y diciendo chorradas. Tenemos más de dos horas de viaje hasta Deltifoss y Selfoss.

Las ovejas y los caballos son los animales más comunes en Islandia

Tras ir por la carretera N1 gran parte del trayecto nos tenemos que desviar por una pista para llegar a Deltifoss, pero antes de dicho desvío y mientras miramos bien por donde hay que ir, Ander pega un grito de ¡Cuidado! y me encuentro a un rebaño de ovejas en mitad de la carretera que casi atropello (no será la única vez que nos pase de ahí en adelante)… Tras el susto y frenazo conseguimos pillar la pista, un mal camino, que se me hace eterno, una pista recta, llena o llenísima de baches, que más que baches parecen cráteres, que me obliga a ir a una velocidad de 20km/hora, la lentitud, la monotonía del paisaje, su rectitud, hace que casi me duerma en un par de ocasiones, lo paso mal…

Detifoss
Detifoss

Por fin llegamos a Deltifoss y el sitio merece la pena una enorme cascada tanto por su anchura, más de 100 metros, como por su altura, al menos unos  30 metros, con un caudal que hace sentirte bastante pequeño… de allí sale un pequeño sendero entre rocas volcánicas que nos llevan hasta Selfoss, Ander decide darse la vuelta, su pierna hace imposible que pueda caminar más, así que Somo y yo a ritmo de marcha, vamos hasta allí… ese lugar es todavía más impresionante que el anterior, el paseito merece la pena, lástima que no me llevara el trípode, allí hay un montón de fotógrafos con sus cámaras y trípodes haciendo fotos super guays… me da envidia y decido intentar hacer alguna foto con la cámara apoyada en el suelo.

Somo ante Selfoss

Volvemos al coche, la salida hacia el norte es mucho más llevadera que la entrada. Tras unos kilómetros de pista salimos de nuevo a una carretera y decidimos parar en Asbyrgi, en este lugar me dijo César que no parara, que no merecía la pena, pero como nos pilla de paso hacemos una pequeña escala.

Asbyrgi es un parque natural en forma de herradura con una gran formación rocosa en el centro en forma de isla, pero con una altura aproximada de 100 metros. Parece que los islandeses están muy orgullosos de dicho lugar, ya que debe ser de los pocos sitios con una masa arbórea significante. Tras dar un pequeño paseo por el sitio, a mi me deja un poco indiferente.

De ahí tiramos a Husavik que es una de nuestros tops en el viaje, ir a ver ballenas. Así que decidimos ir primero a informarnos de cuanto cuesta, cuando salen, etcétera… Tras dar vueltas sin saber muy bien donde ir, vamos a las oficinas que organizan las visitas y en una de ellas nos informan de que el mar está muy picado, y que ellos van a salir, pero que su obligación es informarnos. Así que tras debatir entre nosotros qué hacer, Ander, que le tiene mucho respeto al mar, dice que mejor lo dejemos.

Barco para ir a ver ballenas de Husavik

Así que visto lo visto, decidimos gastarnos el dinero en comer algo, vamos a un restaurante, donde al lado se nos sienta una pareja muy pija, son españoles y pronto nos empiezan a preguntar por nuestro viaje, les contamos nuestra forma de viajar y les veo algo perplejos, se me ocurren que ellos han llegado en barco, pienso que quizás tengan un velero o algo así ya que el tipo me da la sensación de lobo de mar, bueno, mis prejuicios me pueden, por que no han llegado en velero, pero si están de crucero por el ártico y han venido desde Noruega en crucero, pasando por las Islas Feroe y luego van a dar la vuelta a Islandia, nos cuentan que ya es el tercer crucero de estás características que hacen y que hicieron uno similar por Alaska, en fin igualito que nosotros.

 Tras dar un paseo vamos a un museo de ballenas que se encuentra en la propia ciudad, nos sorprende, es bastante interesante y cuenta viejos conflictos como los que tuvieron los islandeses con los balleneros vascos y que por eso son personas non gratas en la isla. Tiene multitud de información, esqueletos, etc… Muy interesante.

Museo de las ballenas en Husavik

Tras desestimar definitivamente ir a ver ballenas vamos hacía el Lago Myvatn y pensamos en llegar pronto, plantar las tiendas, cenar tranquilamente, en el propio lago hay un camping y la vista y el tiempo es fantástico.

El lago se llama también el lago de las mosquitas. Pronto nos damos cuenta porque.

La capilla de Dimmuborgir.

Tras poner las tiendas, cenar, tomar unas cervezas, decidimos aprovechar la noche, tras el chasco de no poder ver ballenas y nos vamos a Dimmuborgir, Somo me cuenta que hay un grupo de Metal nórdico que tiene ese nombre, así que aprovechamos y ponemos al grupo mientras nos dirigimos al lugar. Son casi las 00:00, pero estamos en pleno equinoccio, así que la claridad es total. Dimmuborgir, es algo parecido a la ciudad encantada de cuenca pero con formaciones volcánicas, en las que vas por un senderito y van poniendo distintos nombres a cada formación. La más espectacular es la llamada “La capilla” así que sin prisa pero sin pausa, emprendemos el paseito, a Ander le cuesta un poco, le hemos insistido en que caminara y se le ve en su cara el esfuerzo que está haciendo, pero por fin llegamos y el sitio mola bastante… a la vuelta ya lo tenemos todo instalado, así que nos vamos directamente a dormir, ¡estoy contento porque es mi última noche en el coche!

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