No es sólo una magnífica exposición de fotos, es más… es toda una declaración de intenciones. A Sebastiao Salgado después de su anterior proyecto Nómadas, no le quedaron fuerzas para seguir retratando la miseria de este mundo. Así que decidió recorrerlo esta vez en busca de sus orígenes. Buscó regiones remotas, vastas y salvajes, alejadas lo más posible del mundo moderno.
Lugares como la selva amazónica de Venezuela o las regiones más inhóspitas de Siberia, así como un recorrido por ambos polos, nos transportan a lugares más bellos de los cinco continentes.
La vida salvaje de estas regiones, se ve perfectamente retratada a través de la tribus, la fauna del lugar y la flora; así como, a través de los paisajes inmensos y profundos.
Todas sus fotos son en blanco y negro, buscando el aprovechamiento de las luces tempranas o vespertinas, y así poder dibujar con esmero, gracias a las luces y sombras producidas un paisaje único y envidiable. Otro factor a destacar en sus fotos el uso generalizado de nubes, para presentar siempre unos cielos poco monótonos y dar un valor añadido a cada foto.
Pero como he dicho al principio, no es sólo una exposición, es toda una declaración de intenciones, en la que nos quiere transmitir la fragilidad de un planeta, que nos estamos cargando y que entre todos debemos proteger y cuidar.