Italia – Día 5 (Florencia)

Hoy vamos a Florencia, tienes billetes pasa salir a las 10:30, así que nos levantamos sin prisa, desayunamos con calma y nos preparamos a las 9:30 salimos a la parada de bus para ir a la estación, tarda unos 30min, así que vamos bien de tiempo, una vez en la estación nos sobra un poco de tiempo así que paramos a tomar un café en un bar cercano, la fauna que por allí pulula es para describirlos uno a uno, un yonkie habla con los parroquianos, un indigente se pone a recoger los ceniceros y vaciarlos en una papelera, otros tipos se ponen a hablar a gritos (uno está tomando café en el bar, el otro en una parada de bus enfrente), unos guiris no consiguen pedir un café y se lían bastante.

Después del entretenido momento, nos vamos a la estación, el trayecto apenas dura una hora, así que bien, seguimos escuchando nuestro podcast de «El guerrillero» (nos encanta).

Por fin llegamos a Florencia, pillamos una calle recta y llegamos directamente a Santa Maria del Fiore, nos quedamos ojipláticos, es verdaderamente impresionante la vista de la catedral con la cúpula de Brunelleschi, aunque lleno de gente, intentamos ver todo el exterior, había pensado también en visitar el interior, pero solo íbamos a pasar unas horas en Florencia y aun teniendo entradas la colas ponían que eran impresionantes, así preferimos visitar el exterior, dar paseos por Florencia y no entrar en nada. Vemos las puertas de bronce del baptisterio y damos una vuelta rodeando toda la catedral. Merece la pena una vista de varios días, pensamos en que quizás un fin de semana largo y quizás en invierno (con algo menos de gente) sea interesante.

Impresionante cúpula de Brunelleschi

De allí decidimos callejear y perdernos un poco, en dirección al Palazzo Strozzi, vamos hacía la galería de los Uffizi, aunque tampoco entramos (la cola en la calle es bastante larga), caminamos, caminamos y caminamos. Recorremos gran parte del centro de la ciudad, nos maravillamos con cada rincón, con cada esquina.

Una vez agotados y dado que ya es hora de comer, paramos en la Puerta de San Nicolas y aprovechando una sombra comemos lo que llevamos. Estamos muy sudados, hace mucho calor, y algo cansados a pesar de la parada para comer, así que intentamos alejarnos algo de la zona más turística y buscamos un bar en el que tomar un café, descansar un poco más y hacer un pis. Entramos en uno, nos meten clavada por los cafés, se ve que todo es turístico y no hay escapatoria.

Subimos a la plaza de Miguel Ángel, allí hay previéndola una réplica del David. Aunque no sea la autentica le hago unas fotos y sobre todo observamos el famoso skyline que se va en todas las fotos y postales de Florencia. Como es lógico, me cebo haciendo fotos y selfies.

Skyline de Florencia

Al bajar pasamos por el Puente Viejo, una maravilla en la algunas construcciones se han ido haciendo en volandas sobre el rio. Al volver pasamos por la plaza de la república y otra vez por la catedral. El calor y el cansancio nos hacen mella y todavía nos quedan un par de horas para el tren de vuelta. Seguimos dando vueltas y más vueltas, pasando calor y más calor, vemos sitios, rincones, mercados, etc.

Puente Viejo sobre el Arno

Finalmente volvemos a entrar en un bar tomarnos algo. El camarero está muy enfadado, hemos entrado y le hemos preguntado si cogíamos las consumiciones de la nevera que tiene al lado de las mesas, no le ha sentado que ni el cliente anterior, ni nosotros, saludaremos primero, preguntaremos que tal estaba, que queríamos tomar. Nosotros pedimos perdón de la damos las buenas tardes y empezamos de nuevo. Aun así, él se queda comentando a un vecino que está harto de los turistas.

En fin nosotros nos sentamos descansamos, pasamos un buen rato allí, el camarero se sigue enfadando. Han entrado unos chavales y se han sentado en distintas meses y luego cada uno ha ido pidiendo cosas sueltas. Les dice que se sienten todos juntos y que ahora les atiendo a todos a la vez. Los chavales, yo creo que extranjeros, no entienden muy bien que quiere hacer y decir.

Después del entretenido rato del camarero volvemos con calma a la estación, pillamos el tren, y de ahí directos a casa. El calor y la caminata han podido con nosotros. Duchita, cena y a la cama. Mañana nos tocará Siena.

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