Opera prima de Manuel Mur Oti en 1949, en la que contó con Ana Mariscal (la misma que años atrás habría protagonizado Raza) como protagonista y Fernando Nogueras un buen actor de reparto que en este caso pasa al único (creo) papel protagonista de su carrera.
Un vagabundo atraviesa campos y prados, hasta que en uno de ellos encuentra a una mujer sola para toda la faena del campo. A cambio de algo de comida se ofrece a trabajar un día… pero la faena es mucha y la mujer está sola.
Él huye de un pasado atormentado y ella viuda y sola con una hija en una casa apartada así que la estancia se alarga más de lo esperado y las habladurías pronto llegan al pueblo.
Un día la hija enferma y él tiene que bajar al pueblo a buscar al médico, allí se revelará su pasado y el motivo por el que decidió ser vagabundo. Finalmente después de salvar a su hija decide definitivamente abandonar la casa para siempre.
Mur Oti pone ya en juego muchos de los elementos emblemáticos de su filmografía, mujeres fuertes, aunque no empoderadas que necesitan a un hombre a su lado que las acompañe y que les sirva de cobijo para seguir adelante; la tierra, su amor a ella, su fertilidad, como otro protagonista más en sus películas.