Introducción
Si hablamos de música en el cine quinqui siempre saldrá a relucir en primer término las rumbas quinquis, carcelarias y suburbiales. Lo primero que pensaremos será en Los Chunguitos y su Me quedo contigo o quizás en Los Chichos cantando Yo soy el Vaquilla, y sino siempre saldrá a relucir la composición famosa en YouTube en la que El Pirri, el la película Navajeros (1980) sale diciendo: «Ponte una musiquita guapa, no colega». Para acto seguido empezar a sonar Rumba 3 y su No te quedan lágrimas. Sea uno u otro grupo todo el mundo relaciona dicho filón cinematográfico con la rumba y principalmente con la rumba vallecana.
Pero si somos más precisos nos damos cuenta que esté tipo de música no fue la única y que el rock, y sobre todo el rock urbano, tuvo tanta presencia en dichas películas como la rumba.
Otro de las mitificaciones es definir dichas rumbas como Sonido Caño Roto, y aunque es cierto que la rumba vallecana no hubiera existido si no fuera por dicho sonido, si somos precisos debemos definir principalmente dicha música como Rumba Vallecana, ya que de dicho barrio procedían los principales grupos que participaron en dichas películas y no del barrio de Caño Roto.
Habría que realizar una última aclaración diciendo que lo que tenemos es una explotación por parte de José Antonio de la Loma de los recursos de la rumbas madrileñas y cañís en sus películas. Partiendo de esa base usa a dichos grupos para componer, al estilo de romanzas de cordel, coplas que ensalzaran las fechorías de los delincuentes; usando a Los Chunguitos para Perros Callejeros II: Busca y Captura (1979) o a los Chichos para componer la banda sonora de Yo, El Vaquilla (1985).
Viva el rollo
Es común relacionar el cine quinqui con la rumba vallecana. Pero no solo de rumba se nutrió el cine quinqui, Burning, Antonio Flores, Obús, C-Pillos o incluso Barricada fueron frecuentes con su música rock en dichas películas aunque no se relacione con ellas, creando una banda sonora ecléctica y heterodoxa como las propias películas en las que se muestran como fiel reflejo de la juventud de la época, que se escuchaba tanto rock’n’roll como rumba o nuevo flamenco.
Aunque muchos jóvenes, los más modernos, seguidores de la movida madrileña veían en los aires flamencos un viejo sabor a rancio, al franquismo, emparentado la rumba como una heredera de la copla, lo cierto es que la rumba canalla surgida en Madrid a mediados de los 70 daba otra visión y mostraba otra realidad a la música flamenca.
Así aunque muchos se empeñen en contraponer la movida o sonidos de nueva ola, como se denominaba en la época, a la rumba, lo cierto es que en muchos hogares convivían ambos sonidos, así como la música de cantautores, el rock urbano o canciones melódicas. Era frecuente que en una misma cinta de cassette grabada de la radio hubiera canciones de Serrat o Raimón, como alguna canción de Alaska y los pegamoides o Radio Futura, con Barón Rojo, Burning o Coz con Los Chichos o Los Chunguitos…. y se me apura “Juntos” de Paloma San Basilio o “La otra España” de Mocedades.
Una pequeña muestra de esto era que en el peculiar programa de RTVE La edad de oro, presentado por Paloma Chamorro, salieran Los Chunguitos cantando. En dicha actuación durante las entrevistas, comentan que lo que sorprende es que ¡no hubieran salido antes! Ariel Rot guitarrista de Tequila comenta que los escuchaba con frecuencia desde que los descubriera en la película de Saura y la propia Alaska en una entrevista, en dicho programa, reconoció que lo que ella escuchaba en ese momento era a Los Chunguitos, por que era lo más moderno que se podía escuchar.